sábado, 12 de julio de 2014

La seguridad no se negocia

y tampoco se generaliza


DIA SIN CARRO

Acabo de leer un artículo que me llevo a pensar, en los problemas que genera la generalización de los conceptos y las opiniones parcializadas. Antes que nada debo admitir que en el tiempo que llevo rodando por la ciudad en bici eléctrica y la cantidad de ciclistas con los que me cruzo a diario, es imposible no caer en este error de generalizar lo que se piensa acerca de como se usan los medios de transporte.
En el artículo hablaban de un decreto que supuestamente impide que las bicicletas eléctricas y de motor circulen por las ciclo rutas de la ciudad por andar a mas de 25K/h lo que puede ocasionar accidentes en las vías con otros ciclistas y con peatones, lo que obliga a este tipo de vehículos a desplazarse por la calzada junto con los carros y las motos, y obviamente nos penalizarían con el cobro de impuestos, el pago de SOAT y el trámite de la licencia de conducción.
Si bien estoy de acuerdo en que se debe hacer un control de la velocidad con la que se circula por las ciclo rutas, y el modo en el que se usa la bicicleta como medio de transporte, creo que también hay otros aspectos que valdría la pena considerar, sobre todo si están pensando en hacer un decreto sin tener en cuenta el aspecto de seguridad vial para los ciclistas. En el código de tránsito actual, obligan a las bicicletas por "seguridad" a circular cargados al costado derecho del carril lento; no se si quienes "impusieron" esta norma en algún momento de sus vidas han transitado el carril lento en bicicleta, pero siendo totalmente franca lo dudo mucho, si así fuera sabrían lo extremadamente peligroso que resulta para este tipo de vehículos movilizarse por este carril.
Empecemos por conceptos básicos, las bicicletas normales no vienen dotadas de un sistema de pito o luces que las hagan visibles de alguna forma, los frenos son de banda, no de disco lo que hace que la frenada sea mas larga; no cuentan con espejos retrovisores que les permitan tener un control visual de los vehículos que se aproximan a la hora de esquivar algún obstáculo. Ahora bien si hablamos de los diferentes modelos de bicicletas eléctricas que hay actualmente en el mercado, si bien cuentan con espejos, pito y luces en este carril se enfrentan a las mismas desventajas que las ciclas normales.
En la práctica encontramos que los vehículos que circulan por esta vía son en un 80% de transporte público; de ahí la denominación de carril lento, porque al parar constantemente a recoger y dejar pasajeros reducen sustancialmente la velocidad promedio de circulación, esto también indica claramente que predominantemente será el costado derecho el mas afectado ya que los buses deben orillar continuamente... entonces que tiene esto de seguro? ir en bicicleta expuesto a que tantos buses como vayan por ese carril se orillen constantemente? existe un agravante y es que sin importar el tipo de bicicleta, siempre se esta por debajo del angulo de visión que tienen los conductores a través de los retrovisores, una de las recomendaciones de seguridad vial que le dan a los motociclistas es que deben asegurarse de que los vehículos con los que comparten vía los vean, si cuando vas en la moto alcanzas a ver el rostro del conductor a través del retrovisor puedes estar seguro de que el te esta viendo también; si esto no ocurre estas en el punto ciego del espejo dónde es imposible que el conductor pueda verte.
Por experiencia lo digo, usualmente es difícil ubicarte en la vía correctamente para que los conductores de automóviles te vean, ahora pensemos en como es realmente este aspecto aplicado a un bus de transportarte publico cuyo espejo retrovisor esta por lo menos unos 30cms por encima de la cabeza de un ciclista; es simplemente imposible estar ubicado correctamente en la vía teniendo en cuenta este aspecto.
Ahora bien hay un aspecto más que se convierte en un arma mortal para los ciclistas en el carril lento y es que los conductores de buses no se caracterizan precisamente por sus buenas practicas al volante, quien transite por la ciudad de Bogotá sabrá como es que manejan estos conductores, a los que parece que no les rige ninguna ley que impida que violen cuanta norma de transito esta escrita, invaden carril, hacen cruces indebidos, no utilizan las direccionales entre otras... en este punto dónde está el ciclista?, si por norma hablamos en el código de tránsito también se indica que la distancia mínima entre un vehículo y un ciclista es de 1,5 metros... en verdad es posible respetar esto en el carril lento? no es algo contradictorio? digo, como es posible que ir por este carril sea mas seguro cuando ni siquiera la distancia mínima entre el vehículo y el ciclista se puede cumplir?
Los comentarios del artículo coincidían en varios puntos esencialmente sobre que el problema no son las bicicletas, si no el correcto manejo que se hace de estas, si se quiere los ciclistas son los mas imprudentes en las vías, conducen de forma arriesgada y hasta temeraria, no hacen uso de los frenos cuando deberían, no portan ningún elemento de protección o que les haga verse en la calle en horas de la noche, no tienen pito o retrovisores simplemente van metiéndose entre los carros y las motos de forma imprudente, no respetan las señales de tránsito o los semáforos... entre otros, pero hay algo que apelo a su favor y es el hecho de circular por el carril rápido.
Para varias personas el hecho de que vayan por el carril rápido es una violación mas de las normas de tránsito, pero después de todo lo expuesto al inicio de esta disertación es justificado este actuar en términos de seguridad, el como usan la bicicleta es otro tema.

viernes, 11 de julio de 2014

VENTAJAS DE DARLE AL PEDALEO


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Ya no puede decirse que la bicicleta sea una moda, actualmente es una alternativa muy beneficiosa. El hábito de rodar por las ciclo rutas se ha vuelto común en todas las zonas de la ciudad, por eso es importante resaltar las buenas cosas que nos dejan esas dos ruedas.
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lunes, 9 de septiembre de 2013

Lo mejor de un modelo híbrido.

Cuándo me encontraba en la búsqueda de una solución a mi problema de movilidad, estudie varias alternativas y termine por definirme por las bicicletas eléctricas cuyos modelos eran lo más parecido a una scooter. ¿La razón? Sencillo… la ruta que hago normalmente de mi casa al trabajo es un 95% por la calle, junto con los carros, motos y bicicletas, lamentablemente la Avenida 68 no está provista con ciclo ruta a todo lo largo de su recorrido y sólo en un 5% de mi recorrido habitual puedo hacer uso de estas.

Lo mejor de parecer moto es tener el espacio de una en la vía (ojo, solo el espacio la velocidad no es una variable que pueda comparar, si bien alcanzo una velocidad de unos 38K/h la aceleración no se equipara con la que puede conseguir una moto, por lo que pretender ser una de estas es más que utópico; pero si consigo mucha más aceleración y velocidad que un ciclista promedio, aunque debo admitir que alguno me han dejado realmente asombrada, no solo logran alcanzarme, si no pasarme y mantener ese ritmo constante al punto de hacer imposible el alcanzarlos).

Pero retomando el tema, jugar en ambos lados si hace la diferencia. Cuando quiero voy por la vía como si fuera en una moto  lo que ocurre en cualquier recorrido normal, y cuando la oportunidad me lo permite me subo al andén y disfruto de los beneficios de una bicicleta (las ciclo rutas proveen una vía rápida y sin trancones) bueno cuando puedo encontrar una por la ruta que esté haciendo. Aunque algunos digan que es una moto con pedales, en realidad es una bicicleta eléctrica que no los necesita para funcionar, pero no los quito precisamente porque cuando la ocasión lo amerita pedaleo para que noten que no soy una “buñuela” en moto, sino que aunque poco común voy en bicicleta y así lo quiera mi velocidad no va a aumentar; el uso en la ciclo ruta es más que necesario hacerlo ya que en dos ocasiones han pensado que voy en moto y han intentado bajarme a la calle, de no ser porque hago que noten los pedales no me creerían que es una bicicleta, por lo que prefiero no dar papaya y pedaleo solo para evitarme el desgaste de la explicación al respecto.

Aunque es un medio de transporte aún poco común, quiero creer que por cada uno de los recorridos diarios que hago y las personas que me miran con interés y curiosidad en cada uno de ellos, por lo menos una se va a sentir motivada a pensar en una bicicleta eléctrica como alternativa para su movilidad, entonces ya no me sentiré tan sola en las salvajes calles capitalinas y más importante aún estaré contribuyendo con un granito de arena a bajar los niveles de contimación.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Transporte personal idóneo para la ciudad!

En el 2012, un año atrás, el montarme en un bus para mí era toda una "terapia", no solo tenía que caminar 10 minutos hasta una calle dónde pasaran rutas de transporte público (lo que no es nada comparado con las largas jornadas a pie que les toca a otros Bogotanos), debía esperar un tiempo promedio de 15 a 20 minutos para lograr subirme en un bus, que ya venía lleno y en el que por lo general debía irme literalmente colgando de la puerta ya que no había por dónde más meterse. Aguantar de pie todo el recorrido... lo que podía ser de 30 a 50 minutos dependiendo del trancón que encontrará en la Av. Carrera 68.

El verdadero problema, consiste en las consecuencias de este recorrido. Padezco de una respuesta autónoma anormal a ciertas situaciones, se llama síncope neurocardiogénico mixto y yo lo entiendo como un corto circuito en mi cerebro que da la orden de apagar sistema, parte de estar controlada es evitar las situaciones predisponentes y eso incluye el no estar más de 15 minutos de pie, evitar los lugares cerrados, con poca ventilación y bastante cálidos entre otros; y definitivamente un “bus” capitalino, no es el ambiente indicado para evitar un ataque, todo lo contrario claramente a diario padecía las consecuencias. Esta fue mi mayor motivación para iniciar la búsqueda de una solución práctica a mi dilema.

Necesitaba movilizarme, invertir mejor el tiempo en cada recorrido que hacía a diario y más importante aún, no desmayarme en el proceso. Así fue como empezó la búsqueda de un medio de transporte efectivo, no contaminante y práctico que además de suplir mis necesidades básicas fuese económico, no solo en precio… también en mantenimiento.

No me interesa correr, me interesa llegar, también es importante para mi contribuir con algo a bajar los niveles de agentes contaminantes por lo que una moto nunca fue una opción. Pensé inicialmente en una bicicleta, aunque es un deporte que me encanta y que es sano cardiovascularmente hablando, su exceso puede provocarme un ataque…por lo que tampoco era mi primera opción. Leyendo en internet encontré un medio de transporte en auge, hasta ahora se está introduciendo en el país y cumplía con los que estaba buscando.
Así fue como entre en el mundo de las bicicletas eléctricas. Busque el modelo que quería y después el vendedor y en febrero del 2013, 7 meses atrás, compré la tortuguita naranja.

Mi intención no es otra que la de compartir mi experiencia como usuaria de bicicletas eléctricas en una ciudad cómo Bogotá, y si de paso con esto ayudo a generar un poco de cultura ciudadana de movilidad y ambiental pues ¡aún mejor!